En el día de hoy, domingo 3 de
diciembre, se conmemora, según la opinión de cada quién, el Día Internacional
de las Personas con Discapacidad.
Como siempre en estas fechas hubo
discursos y declaraciones de supuestos apoyos, solidaridad y comprensión.
Muchas poses para periódicos, redes sociales y en general, todos los medios de
comunicación. Todas estas manifestaciones, en su inmensa mayoría, son simple
retórica. Y, en el fondo de ellas, una hipocresía total.
Solo recuerdan a las personas con
discapacidad cuando les conviene. Igual pasa con el día del Sordo, del Ciego,
de las Personas con Discapacidad Físico motora o los que están en situación de
autismo.
Cuánto quisiéramos que esas palabras
vacías se convirtieran en realidades que pudieran resolver las dificultades en
que nos encontramos cada día las personas con discapacidad.
No bastan los programas ni las
promesas. Es hora de hacer un frente común para poder vencer los obstáculos que
continuamente encontramos para desempeñar nuestras tareas.
Si bien es cierto que en la
Constitución dominicana, algunos de sus artículos establecen los derechos
fundamentales de este grupo social y que asimismo existe una ley sobre
discapacidad que es la 513. Poco de ello se cumple en la cotidianidad.
La República Dominicana es signataria
de muchos tratados y convenciones que benefician a las personas con
discapacidad, sin embargo es muy tenue el intento de hacerlos cumplir.
Es hora de salir adelante pasando de la
oratoria a los hechos palpables porque, sin dudas, del dicho al hecho hay un
gran trecho.
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