Este martes 4 de abril, en nuestra sección de Efemérides comentábamos los hechos que acontecieron ese día en la UASD, en 1972, cuando fue baleada la dirigente universitaria Sagrario Ercira Díaz Santiago.
Mencionamos también los 10 días de agonía; vividos también por todo el pueblo dominicano.
Tomamos como fuente una conversación telefónica que sostuvimos con su hermana Morayma Díaz Santiago, quien entonces tenía 12 años. Así mismo, el libro publicado por su hermano Fidias Omar Díaz Santiago, quien fue testigo presencial de la tragedia, ya que acompañaba a Sagrario en esos momentos.
¿Cómo era Sagrario?
Doña Morayma recuerda que: … “Sagrario era una muchacha muy alegre, ordenada, interesada en que nosotros, sus hermanos menores, aprendiéramos a leer y escribir. Nos asignaba lecturas tales como: La cabaña del tío Tom, la cual tuvimos que leer y comentarle a ella, capítulo a capítulo, lo que entendíamos de esa obra. Además debíamos sacar una lista de las palabras que no entendíamos para buscar su significado en el diccionario".
Sigue diciendo: "Se ocupaba mucho de su apariencia física. Le gustaba andar bien combinada. Era delgada, pesaba como 90 libras. Tenía el pelo oscuro, muy fino, siempre muy bien peinado.
Ella estudiaba en
horas de la tarde. Después de comer tomaba café y mientras lo hacía buscaba la
ropa que iba a usar, la ponía sobre la cama para asegurarse de que todo
combinaba. Mientras hacía todo esto escuchaba un programa radial de
danzones, tarareándolos mientras se vestía. Era una joven con una buena
perspectiva de su futuro. Quería ser economista para aportar su talento al país.”
Su hermano Fidias cuenta en su libro que Sagrario caminaba despacio. Efectivamente, siempre estaba contenta y se ocupaba mucho de los demás. En su libro: La UASD ametrallada y Sagrario asesinada, Fidias relata:
“Sagrario salió temprano de la casa pues debía inscribir a una de sus hermanas en la Universidad. Se dirigió a Registro a inscribir a su hermana Mayra. Yo ya estaba allí ayudando en el proceso de inscripción. Ambos éramos dirigentes estudiantiles del FUSD".
"A las 10 de la mañana comenzó el cerco a la UASD. Brigadas policiales llegaron con la intención de ubicar, dentro del recinto universitario, a Tácito Perdomo, un joven vinculado a grupos que defendían a los colonos azucareros. Y que, según las autoridades del Gobierno, era un comunista que fraguaba el asesinato del Presidente Joaquín Balaguer".
"A medida que avanzaban las horas, el cerco policial se iba estrechando, llegaban más y más agentes, sobre todo a las esquinas formadas por Alma Mater y Correa y Cidrón. Más tarde llegaron el Rector Magnífico Jottin Cury y el vicerrector Tirso Mejía Ricart a quienes se les impedía entrar a las instalaciones de la UASD. Luego de varias llamada se les permitió pasar y se inició una larga negociación tratando de que se retirara la policía y que los estudiantes pudieran marcharse a sus casas"
"Recordamos que no había docencia. Era el período de reinscripción. Había cerca de mil estudiantes haciendo su proceso.
La policía insistía
en que Tácito Perdomo se encontraba dentro de la Universidad. Todos los
que estaban dentro de la UASD, por solicitud de sus autoridades (Consejo
Universitario y Asamblea) se reunieron en el Alma Mater".
"En cierto momento se dijo que se permitiría la salida de los estudiantes, sin embargo, de los primeros 10 que salieron, 8 fueron apresados. Así no valía la pena salir."
"A las 4 de la tarde, se reforzó el número de agentes policiales con armas largas. El jefe policial Ney Nivar Ceijas ordenó el avance de las tropas con bombas lacrimógenas y disparos".
Desde la mañana hasta las primeras horas de la tarde, mientras transcurría todo este drama, Sagrario mantuvo informada a su familia haciendo tres llamadas a su casa, diciendo lo que estaba sucediendo a cada momento.
"En ese momento alguien gritó desde uno de los pasillos del Alma Mater: “… el Himno Nacional…! Y todos comenzaron a cantarlo."
"Comenzaron los disparos. Todos se tiraron al suelo.“
Fidias y Sagrario buscaron refugio entre las matas del jardín. Comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas. Sagrario sintió que se asfixiaba y, tratando de alejarse de la zona donde estaban las bombas, levantó la cabeza y en ese momento recibió un impacto de bala en la parte de atrás de su cabeza que le salió por la frente.
Fidias le habló. Sagrario no contestó. Al mirarla se dio cuenta de que estaba herida en la cabeza. Parecía grave. Comenzó a buscar ayuda para sacarla de allí aunque la policía intentaba impedirlo.
Lograron sacarla de la UASD y llevarla a la Clínica Gómez Patiño. Los doctores, Bernardo Defilló y José Joaquín Puello dieron lo mejor de su talento para sacarla del coma en el que estaba sumida por causa del disparo. La extracción quirúrgica de la bala fue un éxito, pero Sagrario no recupero la conciencia.
Durante 10 días hubo mejoría en su estado de gravedad y también retroceso. El pueblo dominicano mostró una gran solidaridad. Estudiantes de universidades privadas, de escuelas, colegios, la prensa, en fin, todo el país protestó indignado por el abuso policial que había tronchado una vida joven y fructífera.
Finalmente, el viernes 14 de abril a las 4:20 de la tarde, a la misma hora en que fue baleada en día 4, Sagrario dejó de existir.
Dejó de hacerlo físicamente porque, aún hoy, 50 años después su ejemplo, su memoria, nos acompaña.
Es nuestra intención que al contar estos hechos nuestra juventud que ya encontró trillada la senda de la democracia la sepa valorar, reconocer su verdadero valor. Pues ahora decimos cualquier cosa en cualquier medio y no existen aquellas represalias que cegaban vidas.
Sagrario no llegó a casarse, no tuvo hijos, no tuvo nietos. No obstante, su estela luminosa puede ayudar a alumbrar un camino de valores reales para los que no vivieron en su tiempo pero pueden aprender de su trayectoria.
Agradecemos la amabilidad de la Familia Díaz Santiago en las personas de Xiomara Díaz, quién nos puso en contacto con doña Morayma y don Fidias Omar Díaz Santiago. Y, nuestra gratitud hacia ellos por compartir sus vivencias con nosotros.
Recomendamos la lectura de la obra: La UASD ametrallada y Sagrario Asesinada. Puede encontrarla en la Sala de Servicios de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, para ampliar detalles de esta historia.
Para finalizar esta entrega escuchemos la canción: Sagrario abierto de la compositora e intérprete venezolana: Gloria Martín Gómez, cliqueando aquí.